Sueldo Jaqués: luces y sombra con alegría por esta distinción, el cariño de Jaca

montserrat_sueldo_jaques5.jpgMuchas gracias señor Alcalde y Corporación municipal por este sueldo jaqués tan prestigioso, además del bello Jardín dedicado hace tiempo: ya llevo en Jaca muchos años y admiro también nuestra comarca jacetana, el Pirineo.

Brillan unas luces que destacan de la sombra inevitable y así acentúan el contraste, un estímulo para que pueda superar las deficiencias propias de mi edad. Son muchas luces y aumentan gracias a tantos discípulos que han estudiado la flora pirenaica y además potenciaron el herbario Jaca con el fruto de sus Tesis doctorales, unido a tanto trabajo para informatizar, en lo que fuimos unos adelantados y así hemos facilitado las consultas. Es una luz que destaca más si la comparamos con la sombra que aún planea sobre unos pastos olvidados, “perdidos” en nuestra montaña.

Eso me duele y no he conseguido -como ecólogo e investigador- detener el deterioro del pasto, esta sombra que persiste y aumenta desde 1954, cuando el aragonés y caspolino José María Albareda me instó a estudiar científicamente los pastos. Es una sombra que sufrimos los investigadores, un problema que se une al de una cultura tradicional marginada y poco adaptable a la vida moderna; pero sin cultura resulta imposible la gestión ambiental correcta.

Muchos desean promocionar una “ganadería extensiva” para que transforme recursos propios en la montaña, pero necesitamos esa cultura ganadera viable, ahora frenada por el individualismo en aumento. En nuestro Instituto Pirenaico de Ecología, CSIC, ya estudiamos hace años el uso sostenido y compatible con las mejoras, con la belleza del paisaje. Pronto tendremos el “pastor-guarda” que con su ganado “selecto” para el monte, cuidará los bienes comunales del monte público, el de todos.

Las culturas ganaderas siguen activas en sabanas africanas y también las estepas asiáticas donde perduran, son milenarias. Por lo tanto, un paisaje bello y diversificado es “fruto” de la cultura que usó bien sus recursos y así facilitó la gestión, con viabilidad y un progreso continuado, sostenido.

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El aprendizaje cultural se inicia en la infancia y los niños balbucean sus primeras palabras en ansotano, cheso, panticuto, belsetano, chistavino, benasqués, etc. El niño aprendió a “convivir” con sus hermanos en casa, donde su padre con pastores y mulero-boyero, pasaban largas veladas de invierno contando anécdotas de su vida, la conducción de rebaños con lobos cerca, hasta el oso acechando, y todos empleaban su ingenio en continuar muy unidos. Era una educación eficaz que transmitía “ideas vivas”, junto con las “actitudes” necesarias, esenciales para una vida pacífica y alegre en pueblo pequeño, limitado.

Ahora la cultura chesa ya se inicia y recupera en la “casa canguro” que acoge al pequeño y le habla mucho, forzando, acelerando así la “educación social” tan necesaria: eso ya es y siempre será útil al pastor culto, moderno, un profesional aupado por su comunidad. He insinuado así la posibilidad del proceso educativo que deberá imitar, hasta superar, esa evolución cultural “casera”, la que ahora comento y es ya del pasado.

Por cierto, el abandono de los pastos es como una sombra extendida que ya iluminan los discípulos, como también unos “nietos” formados por ellos que iniciaron su investigación. Ahora es buen momento para fomentarlo todo con eficacia y así modernizar esas culturas de montaña; con ellas revitalizaremos una raíz y la cepa que rebrota, ya verdea con una esperanza en aumento. Termino comentando los aspectos y realidades de nuestra comarca que ahora ya destacan y debemos aprovechar.

Tenemos en Jaca una Escuela de Capacitación que con la Politécnica de Huesca podrían organizar la docencia ganadera con titulación adecuada. Quiero mencionar ahora que también en el Boalar de Jaca, año 1964, debíamos montar nuestro Centro Pirenaico de Biología Experimental, con finca y además reserva forestal propias del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. No pudimos organizar allí la investigación técnica y decidimos crear una “empresa” o Finca Modelo esencial, la pardina de tipo agropecuario similar al farm ganadero inglés. En la Pardina Esporret que compró Enrique Balcells, recientemente fallecido y Sueldo Jjaqués, con pipirigallo y alfalfa, el gestor Alberto Valdelvira creó un suelo fértil, muy apropiado para tener pasto y la vaca pirenaica que así se propagó, evitando su desaparición.

Escuelas y finca modelo, junto con otras actuaciones posibles, serán esenciales en la formación del joven ansotano, cheso y de otros valles, como pardineros titulados que además serán especialistas en el ganado que “sube a puerto” cada verano, para “cuidar” y también mejorar los pastos de montaña. Ellos serán unos agentes necesarios, el pastor, guarda y guía de montaña, en reservas apropiadas, como será la tan reciente de Los Valles.

También la Pardina Esporret demostró su eficacia contra los incendios forestales del Sudoroel, que son causados por tanto abandono y la despoblación en aumento. Perdón por insistir tanto en esa “sombra” del pasto abandonado que ahora ya se disipa iluminada por unos jóvenes que revitalizarán la base humana de nuestro mundo rural y así facilitarán un desarrollo eficaz, sostenido, que además puede estar animado por el amor cristiano tan apropiado para el servicio. Nuestro Instituto Pirenaico ya inició y desarrolla la investigación esencial para que todo sea viable, con un paisaje de montaña muy verde, bello y acogedor. Gracias de nuevo.

Pedro Montserrat Recoder

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